sábado, 21 de junio de 2025

La discreción de los perdidos

Había que alterar el humo

los minutos

rodar las gotas por la hoja

mintiéndole a sus nervios

jurándole belleza


Porque se supo desprendida y frágil

porque se supo lejos


Y los teléfonos ya no son públicos

ni profanos

Ayer no sabía vivir, no sabía


Ella tenía mis ojos, mis manos

y se posaba en tu hombro

contundente y pluma


No, jamás te sopló mi nombre

el aire lo supo y se nos fue, 

en un segundo


Pero hoy las esquinas nos cruzan, nos silencian

y este gemido, cruza en rojo

se estampa en tu muro

... por si te olvido.




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