Me desdigo
mientras tus pies se elevan
si mi cuerpo se inclina sobre una cruzajena
que tiembla quieta si te busco los ojos
Tergiverso el sentido en un símbolo infinito
Solo por la valentía de asumir mi falta
Ya nadie pueda dañar
mis colores sagrados de Wiphala
Y que digan lo que digan de mi atuendo
que resbala
que se distraigan de mis ojos hinchados
que me ubiquen ahí, donde no estoy
Hasta que mis huesos digan tu nombre
y por fin
te sacudas el polvo, sobre mi greda
sobre mi sal
miserablemente.
Me elevo, me sumerjo, liberada de mí
liberada de vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario