lunes, 23 de agosto de 2021

El capricho de la hormiga

La dueña. Sí, la dueña

sólo del aire que alzo en mi puño

si el resto del miedo

deja de ser el resto

si la calle está rota y se llama a sí misma

bajo nuestros pasos salvadores

malheridos

 

La bandera sólo se rompe

para que la atraviese el viento

se aja en la batalla

se yergue

como guía de los abrazos de otrora

se aferra 

a la última madera que arde

gotea nuestra sal

 

Las palabras y los peces

saben mi nombre

saben cómo callarlo

antes de que llegue a tus labios sordos

a tu lengua extenuada de saberme mar

y no saberme

 

Mi peine ha caído entre las piedras

pero tu cabello es ese pájaro que aletea despacio

donde la luna abre los brazos y gira

desnuda, hambrienta

sobre los vasos febriles

de los abstemios de anoche

 

Rasco la tierra

mi cara ya es marrón

bajo la almohada hay papeles y olvidos

por si la vida se tratara

de esto que sucede entre tu patio

y mi camino de hormigas desordenadas

tan lejos de su miel


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