La noche es una amiga
por conveniencia
que conoce demasiados secretos
y me tiene por rehén
nada más
hasta aburrirse
-debo haber reflexionado-
Dejé una canción en lo mejor
Cerré los ojos
persianas al sol
crujiendo arena.
Hice un penúltimo brindis
Y dije
-a partir de hoy
Ud. y yo no tenemos
más secretos-
A mi salud.
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