martes, 16 de junio de 2009

Alegato

Lo supo.
Me vio a los ojos
sin mi permiso.
Leyó mis mensajes
Equivocados.
Sintió mis latidos
Y nada más.
Tuve que amordazarme
Irme
Y poner un cartel
en la puerta
de casa
que decía
“No estoy para nadie”
Pero no me creyó.
Y fue lo peor
que pudo
sucederle



1 comentario:

Anónimo dijo...

esto me encantò pero ...
ayyyyy... negrita...
te conozco mejor que nadie.
te quiero, diosa.
amiiiiga. a mi no me caretees.
a la noche te llamo. cuidate.
elo