Pisaste
un jirón de mi vestido
cuando el humo
envolvía tu sombra
y tuve
que girar sobre mis pasos
ciegos,
desnudos...
para no evitarte
Era tarde
y los graffitis
trepaban los muros
huyéndole al vacío,
dejando
para otro día
tanta humedad insistente,
envilecida,
hablando de otrora...
A la noche en que el delirio
le arrancó un gemido
antes de partir
le faltó una caricia
atrevida,
fugaz...
un verbo ladino,
un "quizás"
para después
Pero ya es parte
de un segmento de la luna
que yace en esa sombra
de tu rostro
donde no estoy...
Porque la noche
me acunó en su mareo
y ya soy sólo esto que te escribe
cerrando los ojos.
"Mar amado" © Melina Terribili
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