Allí,
ellos
y su amor
y el abandono
y el reencuentro,
pernoctan
azules
insomnes
a la luz de un farol
de 25 watts
tañendo
el silencio
con caricias
sin aviso
sin apuro
sin mora
Ya bautizan
las copas vacías
con burbujas vitales
de sus risas
enemigas potenciales
de esta melancolía
que pretende atraparme
a la hora de decir
y me tapa la boca
si te observo
al empezarte en palabras,
y no volver otra vez
extraviada y triste
con las manos
manchadas de tinta
y un bollo de papel
en el bolsillo
Ellos
me matan
y me ordenan vivir
me sacuden la quietud
me condenan a sentir
Y no estás
tan lejos como debieras
ni tan cerca
como quise
Y nada es cierto
Ayuno
el alimento
de tu boca
por última vez
Te olvido
y respiro
Como en un rito.
© s/d
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