Soy yo,
la memoria de los peces de tu río,
donde saltas del muelle a mí vacío
sin dejar de verme
sin saber lo que digo
Me aglomero en un rincón de otra alborada
me dejo ser gota
Porque sólo salgo de mí, cuando llovizna y no...
Recorro como un hilo, los declives
Hasta que el vaho deje adioses en el vidrio
de cada promesa de diluvio
donde ese “alguna vez” de las esperas
te arrugó el entrecejo, de un solo trazo
Y me dejo este regodeo de palabras
como revancha desolada
Si me hubieran visto…
Pero no, no me vieron
Ya soy del humo y que te agites
y que mi nombre esté prohibido
y cada vez sea la última de tus veces
como un último goce mío
Y que nadie encienda luces
tras tus pasos
El telón ya es una cortina triste
que disimula el tedio
tras ver un poco de esto,
que parece ser la vida.
1 comentario:
Felicitaciones y muchas gracias por el poema! A seguir!
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