Tu mirada me sabe
invisible y profana
No sé callar
al decir
sin hablar
Maldita elocuencia, la de este secreto
Malditas sean todas las bendiciones
si desperté al herirte
Si arañé tu cicatriz antes de agotarme
porque aún el miedo me detiene
Todavía sé correr y sólo dejo huellas
si te escribo adioses en la tierra
Porque en la arena, no...
ya sabrías mis razones
y necesito no tener ninguna razón
necesito que me hagas saber que la he perdido
Ya los poemas de amor son tibios
la cadencia de los días es de otros
que amanecen sucios y afiebrados de olvido
por si la desidia
"Luz de sal" © aNaNeGrA
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