Una sarta de silencios
como panes
una espera que zumba quieta
por si acaso los mudos hubieran resistido
Una ristra de
olvidos,
babélicos
buscándose los
ojos
Es que después de arder
somnolientos
se supieron desnudos
y sin sombra
Se supieron sin saberse
en un vacío quieto, de cuchillos tibios
de cuerdas ondulando, de platino
Y si en un anillo de azúcar
despertara con frío
y si soplara su brillo blanco
hasta esparcirme toda
Tal vez, serías tu reloj
pequeño ya, entre la ceniza
Tal vez me sabrías en tu lengua,
de memoria
O tal vez yo me agote y no te nombre nunca más.
"Felinas siempre" © aNaNeGrA
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