martes, 16 de julio de 2024

Desorden

 

No habrá vértigo ni dios de todas las siestas

para cobrarme este vacío, que no me debo

Me deslizo entre los cables,

más allá de la niebla

Mi madre me busca en el agua, lejos del miedo

 

He tejido con mis manos rotas

algo parecido a una caricia

hay aves que giran en el aire y ya no duelen

Es tan temprano 

que se ha hecho tarde, para volvernos leves.

 

La luz, es este pestañeo en tu hombro

que mis ojos niños aprendieron hace tanto

cuando el tiempo ya lo sabía todo

y una hormiguita bajaba por tu vidrio

por molestar, nomás.

 

Es verdad, lloverá

para que la tierra huela a memorias

de lo que nunca fuimos

 



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