Y me alimento de silencios
y me apalabro con la noche
tu refugio antiaéreo
tan vano, tan sordo
para mi vuelo subterráneo
inofensivo y sísmico
que te busca los pies
para que no me encuentres
al llamarme en el aire
Cómo se llama eso
que no sucede detrás de las cortinas
más acá de tu paisaje
Es que lo he olvidado adrede
para quedarme en un instante de tu memoria añil
Sé que si digo en voz muy baja,
más acá del vidrio de la tarde...
habremos buscado el silencio
nos habremos llamado... tan otros
Hasta no llamarnos más que en este irnos
sin volver jamás a casa, por el mismo camino
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