Apabullo soledades
con mi lengua molesta
Paseo por tu cuarto
me detengo en tu piel ajada
ruedo en el sudor
de las paredes
Me niego a ser lágrima
Me niego
Aturdo
en los huecos de la noche
Me entrego me silencio
me desarmo
Te ruego me despiertes
de este mal sueño
No me dejes irme
con la cobardía en alto.
Mi sombra se yergue
entre las velas
Le bailo a tu asombro
a tu inocencia
Me vuelco el agua en los empeines
Pero ya nuestras madres
nos mezclan el nunca
con todos los siempres
Y este tiempo
se ha encerrado
en el cuarto de los giros
donde los espejos
me saben la mitad vacía
Pero abro la ventana
para que tu nombre vuele
y me traiga memorias de la vida
Ese sigilo tuyo
arderá hasta que te olvide
y aún así
seguirá mordiendo
esta boca que no te dijo
nada nunca
para seguir siendo valiente
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