Me salvo y te exudo
hasta volverme árida
salada
diminuta
Me dejo arrastrar
anónima
en nombre de las que nadie busca
Serás ese otro
lado mío
hasta no ser
nada
voy a lavarme
la cara de tanta borra
y sedimento
Ya no hay
candor al evocar tu leyenda
Ya no.
Te sostuve la espalda con los ojos
mientras me oías hablar un domingo a la siesta
Ya no quise salir de mí y abrazarte
Ya eras tierra
A veces, te nombro dormida
y abrís los ojos lejos, sin un motivo
Pero se ha hecho tarde y el mar es amarillo
porque sólo esa gaviota pudo tender un puente
una sábana en el aire
hasta tus rejas
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