Estaría un poco loca
si no pudiera escucharte
a estos mil kilómetros
que me toman por el pelo
para ver si es que te olvido.
Si no te supiera dormido y calmo
con esa inocencia infantil
a la hora en que los bares
se vuelven un puro silencio
y nos ven pasar, como un ayer
riendo de esta tristeza
que hoy nos vuelve temibles,
para aquellos que nos aman.
Estaría más loca aún
si hubiera olvidado
cómo suena mi nombre
con una noche encimada en tu boca
Si, lo se
soy sólo la memoria de tu odio
entre los cuarenta y tantos fuegos
que no podrás apagar
sin mi humedad
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