Tras el último palafito
aquel, el de pies descalzos
ese que ya no corre a buscarte
si antes la mar
marea tu barca
para que siempre el horizonte me llame
y me acerque
y me aleje
con certeza de nunca
con quizás de labios entreabiertos
Ese hogar que no tiene puertas
ni hogar para tus fuegos
mira más allá de las siluetas
que señalan la luz
se cubren los ojos
sucumben en la arena
Ahí, justo detrás
hay una roca
que esa sémola de náufragos,
arropa y desnuda
a voluntad del aire
como sino
como si no fuera eso que es
sólo una piedra que se agita
lento
si un beso la erosiona
y una ola enmudecida
trae memorias blancas
y epitafios del olvido
Seré pretérita
pródiga en silencios
Seré esa casa vacía, cenicienta
que espera la noche
y cierra sus ojos postigos
justo antes de que la luz
se persigne ante una nueva masacre
de tus pinceles
No hay comentarios:
Publicar un comentario