martes, 17 de septiembre de 2024

Suya

Compartimos el aire a desgano 

viciados

sin aliento ya, para mirarnos

cotidianos, a las 5, 

medimos los vasos donde los zócalos no sostienen mi arenga 

y ejecuto la brisa 

por si la ventana no se golpeara en el tedio 

a sí misma

casi en vano


Me torno inanimada hasta que no me divises 

quieta en el azul de otro país 

ajena 

extrañada de mí 


Pero y si hubiera que recuperar la ternura, el arraigo, necesariamente...


Este minuto tuvo algo de eso

un intento, una emboscada 

Pero la ciudad me sopló las piernas, me buscó los ojos 

y por fin, me sentí suya.





No hay comentarios: