La bondad
se refresca los pies en un remanso
antes de arder
adormecida
Donde late de memoria el pulso de un puño en alto
hay un niño, con una flor quebrada entre sus manos
pero a salvo
Hay quien navega con pretensiones de errante
y hay quien navega, nomás, con los ojos
en una sala de espera, en un pasillo
Una línea de producción es una línea, un saque de Leviatán
donde los relojes laten sin alma
a demanda de algún malquerido, seco de luz
El regreso es a las 3, al mismo andén vacío,
minado de estacas
Hay a quienes, la siesta, les agarra así, de pie
y el amanecer,
y el deseo
y el hastío