Mi cuerpo te llama
como péndulo mudo en el estanque
por si los grifos también callaran
por si tus musas omitieran un jadeo
y sólo arañaran la tierra
diciendo tu nombre
como una plegaria
Enardecida
antes de que huya la memoria
y me ordenes el cabello
Porque te miro y me duele
porque me sabés
aunque hayas olvidado mi sabor inocenta
de cuando habitábamos insomnes
frente a esa plaza pequeña
Ahí estamos
en el vapor de tus ojos impuros
en un vaivén, haciendo equilibrio
esperando a que amanezca el mundo.
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