miércoles, 7 de marzo de 2007

Juntos

mientras la ausencia de nuestros cuerpos

redacta esta historia

en las costillas

del hijo que que no abrazamos


Escribe

sin descuidar un solo renglón

abriéndonos de par en par

como un capricho del instinto

para darle aire, más aire a sus sueños


(Ahí va ...

Volando con las alas

que dejó olvidadas un ángel en la cornisa...)


Para qué despedirnos, amor

si siempre estamos enocontrándonos

Para qué seguir huyendo

si arribamos a distintos puertos

en el mismo barco


Para qué llorar una vez más

si hasta la sal del mar más pequeño

nos hará morir de sed

por haber envilecido lo más bello


(El milagro ...

Y este día es nuestro)


Juntos

somos mil veces un segundo

desafiando las horas más terribles

ésas, que ni la paciencia de un condenado

podría contar de una en una



No me apreses, no me sueltes

es preciso que te guardes en la herida

que aquellos asesinos abrieron

Y no olvides partir

cuando adviertas las ojeras de la luna


No cierres la puerta.

Que el aroma de este encuentro

salga a recorrer el mundo

y lo impregne de tramposas madrugadas



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