miércoles, 7 de marzo de 2007

A mil kilómetros, yo.

Estaría un poco loca

si no pudiera escucharte

a estos mil kilómetros

que me toman por el pelo

para ver si es que te olvido.

Si no te supiera dormido y calmo

con esa inocencia infantil

a la hora en que los bares

se vuelven un puro silencio

y nos ven pasar, como un ayer

riendo de esta tristeza

que hoy nos vuelve temibles,

para aquellos que nos aman.

Estaría más loca aún

si hubiera olvidado

cómo suena mi nombre

con una noche encimada en tu boca

Si, lo se

soy sólo la memoria de tu odio

entre los cuarenta y tantos fuegos

que no podrás apagar

sin mi humedad



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