viernes, 18 de abril de 2008

Quieto

Se detiene

Te sonríe.

Y no me ve

descansar en el espejo...

Exánime.

Tomando impulso

para

encender las velas

y atravesar

la noche

y también

por qué no

mi propia

oscuridad

Hay un beso en el vidrio

esperando

por verte

volar.

Si me vieras pasar

no me llames.

Simplemente

dejáme pasar…



1 comentario:

Anónimo dijo...

Chicas del baile esperando por la entrada en fila india, minifaldas hasta el nacimiento del pubis, culos achatados, pelos teñidos de violeta, fucsia o caoba fluo, puperas, vientres de mondongos caídos afuera del jean apretado. Otras de hermosos zapatitos negros, otras que aún son adolescentes con cuerpos de modelo vestidas como putitas. Chicas del baile. Una de la mañana y ahí estan haciendo fila en “La Maipú” para la entrada libre, masticando chicles fosforescentes con la boca abierta, riéndose con hermosa dentadura y hablando entre ellas, de a tres, de a cuatro, de a cinco...Las he visto esta noche volviendo desde el centro con mi carrito de trabajo como un forajido, pero ninguna reparó en mí en absoluto. Y eso que pasé por el medio de la vereda en donde estaban todas. Pero quizás sea verdad lo que me dijo una cuartetera una vez que le pregunte por su amiguita. “No papi, a nosotras no nos gustan ni los Gringos ni los chetos”.“Las Chupetonas de La Expres”, “Las prisioneras de la Mona”, “Las Nomeolvides de Jean Carlo”. Todas escriben los nombres de sus clanes en las paredes y en los caños de las paradas de colectivo con sus líquidos blancos correctores. Con idénticos marcadores escriben sus mochilas, los forros plásticos de sus libros, sus carpetas negras del colegio. Pareciera que buscan todo el tiempo un fondo negro para escribir con sus marcadores blancos. Entonces un amigo mío me dice: “Loco, y cuando los negros se casan, ¿En el registro civil les hacen firmar el acta con líquido corrector también?”.
El ceniciento rufián melancólico y a veces medio alcoholico.