sábado, 12 de octubre de 2013

Tintes cenicientos


Iluminándome a medias
reconocí las sombras
Es que jugué con fuego
tantas veces
para atraer tu atención
y quemar el silencio
mi propio silencio
mi grito interno
No supe
acobardarme a tiempo
No tuve el valor

Y llegaste
a descifrarme
sin la mínima intención
mientras yo te buscaba a tientas,
urgida por compartir
ese secreto tan mío
tan sin dueño...
Hasta reconocerte
en la torpeza de una caricia
y perder el último bondi

Años atrás
cuando el calendario
aún no estaba
dispuesto a la paciencia
de perderse un poco
en una, en otra hoja
subiste a cada barco que no volvía
a este puerto
No fue mi decisión
no era mi letra la que escribió
esa carta de despedida
que hoy abre mi memoria en dos


"Expuesta" Foto: aNaNeGrA 


3 comentarios:

Don Julio dijo...

Escribe lindo Ud.
Le vengo leyendo el alma
a través de estas letras.
Y estoy también
leyéndole el corazón
desde la mirada,
pero no puedo,
no es fácil
sino todo lo contrario
pues lo esencial
es invisible a los ojos.
Verdad?
Beso.

aNa dijo...

Muy verdad!
Ya encontraremos la manera más simple de complicarla un poco más para que esa misma verdad... No nos agarre aburridos!
Gracias por tan lindo comentario.
Abrazos!

Anónimo dijo...

conmovedoramente genuina... como siempre

Lisandro