lunes, 24 de agosto de 2020

La épica y el humo

El vacío es siempre uno solo. 
Infinito.


Un vacío donde alguien liberó las palabras

para que se busquen y se toquen

y se gocen y se aburran


y se suelten y se pierdan

y se extrañen y se evoquen

y se olviden y se inventen

-si es que la palabra “vacío”

las precisara una vez más-.


Salvedades insalvables

en un devenir de zozobra

donde hay como un juego de pañuelos

que viene hasta mis manos rotas

porque ellos no duelen alados


No, no saben


Supieron estrujarse en sal, amarillos de tristeza

No volvieron, no volvían

pero al aire, pero el mar…


saben de saber


Y en un prodigio de gaviotas y espuma

en un sueño de velas blancas

busqué el horizonte para irme

a contramano de cada naufragio

íntimo

subterráneo

susceptible a lo que urge


Evité despedirme

y los querubes se guarecieron bajo esta mesa

donde nuestros pies hace días

revolvían la tierra hasta tocarse

y sentir el vértigo


Ese amor mío, como bandera

jirón de un trapo

en el aire de los muchos


o no tan heroico, no...


"Épicas" ©aNaNeGrA





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