Me
emano
Me
efluvio
Me impregno
Porque hay días
Porque hay noches
sin
aire ni verbo
para
arder ignota
y derramarme lenta, como sebo
Supe ser
Supe no ser
Supe correr malherida y descalza
A
veces te olvido
y cruzo esa plazuela
con un niño que me habla de su madre
justo al caer el sol
Pero
ya la luna
se agita en plena calma
y se esparce muda en tus hamacas
por
si el limonero ardiera en sepia
y
a deshora
A veces, también
una
memoria abrió la puerta de los reencuentros
pero
ya no teníamos alas
ni
pañuelos
[...]
Sigo
aquí
como
si no doliera tu mordida
y
acaricio la estepa
tan
piel, tan lejanía
que
me abandono en un tañido
y
me ciño al muro
buscando
más vocablos
y más
y
más
para
ya no nombrar lo que no.
Y
te maldigo
sin
mitigar con agua bendita
mi
sed impura y sin fondo
Y en un
sincretismo de espejos imposibles
pierdo
el decoro en la huida
también
mi astrolabio, pero ya no importa
Sólo
sabré de vos
en este urdir de sigilos multiplicados
por
mi caleidoscopio frágil
a
la salud de los vasos rotos
Sucedimos tantas veces en el vaho
que el vidrio enmudece
si una gota lo viaja y añora el polvo
hambrienta
de sal y greda
hasta
caer sin saciarse…
viéndonos
a los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario