miércoles, 26 de septiembre de 2018

Noche

Abrigarme en un hueco
nocturno
que parezca ese abrazo
mientras pierdo el aliento
y me abro despacio

Porque te vi 
entre sombras
como en un vuelo 
quieto

de pañuelos blancos 

Fuiste

clavándome los ojos
con demora
para no herirme aquí
donde no hay sutileza
que no te traiga
o contundencia
que no te espante 


Vas a bailar

sólo en mi memoria
para no morirte 

ni morirme 

No iremos amarrados

más que al aire
de los nadies 

que se amaron
de un modo más valiente 


Caeremos de este cielo

a las manos de una mujer 
que en un rapto de inconsciencia
anudó en un papel
rugoso y frágil,
todo el amor...
-tanto como hubo- 
para liberarlo después.

© Gerard Dubois

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