jueves, 2 de enero de 2020

La gaviota y el fuego

Adónde van tus ojos
mientras la hiedra se desliza
y calla

Tuve miedo
de despertar ciega
y te retuve
en un sueño de vuelos simultáneos
y sitios de fuego...

Pero giraste 
ardiendo
frente a espejos
inhóspitos
deshabitados

Parece que hasta
los fantasmas perdieron la memoria...
y huyeron
desabrigados
y sedientos

Tantas veces
me acopié de silencios
al llamarte
y estremeciste esta quietud
flameando en el aire

Pero ya voy
camino al trabajo
Todo cuanto pude hacer
fue desechar
los pasajes de regreso

Preciso
desmerecer abrazos
barrer la calle desierta...
Odiarte
un poco menos

Necesité parir estas gaviotas
para llegarte
despacio
en el sosiego mudo
de la siesta

No, aún no he abierto los ojos
es que mamá olvidó mi nombre
por un rato
y permanezco boyando
en un cauce ajeno

que voy a tu encuentro
donde no hay
donde siempre no...
Donde nunca.

Pero voy, 
sin esquivar
la luz de la luna
los charcos enjaulados
la furia quieta

Para que tu nombre
-el más anónimo-
lo llene todo
de pausas y sigilo

Porque una vez más
he llegado tarde
al aquelarre

Hasta que nos cubra el mar
Definitivo.
Y nos suelte...
Lejos
Solos

Por si acaso
aún la libertad
evocara aquel diálogo
impreciso
en esa esquina evaporada

No. No estoy aquí
No soy yo.



"Frontera" © aNaNeGrA


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